HOY NO CIRCULA
Por Mario Escalona Hdez.
Quienes tienen la responsabilidad de cuidar la calidad del
aire en la Ciudad de México como en la llamada megalópolis, han olvidado que el
programa “hoy no circula” por sí solo no es suficiente para cumplir con el
objetivo.
Los horarios escalonados en escuelas, oficinas y
dependencias del gobierno ha sido una posibilidad que se ha dejado de lado;
cuando algunos expertos en medio ambiente los explicaron dieron a entender que
la entrada en diversos horarios podría tener una importante repercusión en el
empleo del transporte, pues habría mayor movilidad y menos congestionamiento
vial.
Es una posibilidad que las autoridades hasta el día de hoy
no han abordado con la seriedad requerida, analizando su viabilidad para su
efectiva aplicación.
Algo similar ocurre con la cercanía de los trabajadores al
centro de trabajo; en este sentido se hablaba de dos vertientes: la primera,
que los empleados de las dependencias de gobierno cuyo centro actual de labores
quedará alejado de su fuente de trabajo, fuera reubicado en alguna de las
dependencias que estuviera más próxima a su domicilio particular.
Algunos conocemos casos de alguien que trabaja en una
Agencia del Ministerio Público localizada en sentido totalmente opuesta a su
domicilio, cuando existen otras Agencias cercanas al lugar donde vive.
La segunda vertiente es para la empresa privada, cuando
cuenta con oficinas o sucursales en distintas partes de la Ciudad de México o
de la megalópolis, pudiendo dar lugar a la posibilidad antes expuesta para las
dependencias públicas.
También podría pensarse en los alumnos de universidades y
bachillerato, quienes por cuestiones poco explicables son aceptados en plantes
distantes de su domicilio, existiendo otros cercanos.
En lo tocante al trasporte público como medio alterno a
disminuir el empleo del automóvil particular, hace falta aún mucho que hacer,
basta con observar como los usuarios tenemos que dejar pasar tres o más trenes
del metro o de camiones del metrobús para poder abordar alguna de esta unidades.
No está por demás analizar un proyecto de impulsar el
automóvil eléctrico, demasiado caro en este momento (al igual que los
híbridos), a través de incentivos fiscales para los fabricantes y
distribuidores, independientemente de financiamiento a particulares para su
adquisición.
No hay duda de otras posibles formas de contribuir a
restablecer la calidad del aire antes de la contaminación, pero es equivocado
considerar que la sola aplicación del programa “hoy no circula”, con la
variante de detener vehículos con calcomanía “doble cero” y “cero”, sea la
solución al problema de la polución, cuando ésta tiene que ser tratada de
manera multifactorial.